viernes, 14 de diciembre de 2012

Con los ojos del alma .....


Hace unos días publique un texto sobre Santa Lucía y sobre la tradición que tenemos en Verona.
Después de publicarlo fui reflexionado acerca de la ceguera, y llegué a darme cuenta que los humanos somos más ciegos cuando nos limitamos a ver con nuestro ojos y creemos ver.
Aprender a ver con los ojos del alma es difícil, pero es lo que más nos llena.
Cuando miro con los ojos del alma me doy cuenta de lo que sientes, cuando miro con los ojos del alma me doy cuenta de que hay muchas personas sufriendo en este mundo, cuando miro con los ojos del alma la vida me sonríe y yo le guiño un ojo.
Cuando miro de verdad más allá de la superficie, descubro mundos nuevos, emociones nuevas, pensamientos nuevos, sabores nuevos:
Cuando miro con los ojos del alma, de mi alma, de tu alma, del alma del mundo, cuando lo consigo, me siento libre, cuando miro con los ojos del alma.
Y con esta reflexión os regalo un hermoso cuento, que podría ser real, que es real si tu yo  lo creemos.


Dos hombres, gravemente enfermos, compartían el mismo cuarto en un hospital.
A uno de ellos lo hacían sentar una hora por día recostado en su respaldo para favorecer un drenaje. Su cama daba a la única ventana del cuarto. La cama del otro, en la otra extremidad quedaba al margen de toda posibilidad de ver hacia afuera.
Los enfermos, tanto como podían, pasaban horas conversando desde sus camas, evocando sus familias, sus trabajos, sus amigos, sus viajes…
Cuando sentaban al enfermo de la ventana en su cama, éste pasaba su hora de tratamiento describiendo a su compañero lo que veía al  exterior. Había un hermoso bosque en donde frecuentemente se veían animales.
Un lago en donde los cisnes nadaban y los niños entusiasmados hacían navegar sus barquitos a vela. Un césped y un jardín en donde se diría que las flores habían sido coloreadas por el arco iris. El enfermo del otro extremo del cuarto, desde hacía días había comenzado a vivir de nuevo a través de las animadas escenas descritas por su amigo de la ventana. Este le contaba que los jóvenes enamorados caminaban unidos por el brazo. Más lejos dos esposos se divertían con sus niños haciendo volar un barrilete.
Y ahora, cosa inesperada, una banda de músicos uniformados con vivos colores pasaba a lo largo del lago atrayendo los paseantes. Claro que la ventana cerrada impedía a los enfermos oír la música. Lástima, pero evidentemente y a juzgar por el entusiasmo de la gente descrito por el relator, debían tocar muy bien. Mientras el hombre de la ventana describía las imágenes que desfilaban ante sus ojos, el otro cerraba los suyos e imaginaba las pintorescas escenas. Los días y las semanas pasaban, y cada día el hombre del fondo del cuarto esperaba con cierta ilusión las descripciones de su amigo.
Una mañana, la enfermera llegó para lavar a los pacientes, y encontró con tristeza el cuerpo sin vida del enfermo de la ventana que se había ido paciblemente durante el sueño. Llamó a los dependientes del hospital para que retiraran el cuerpo.
Tiempo después, y tan pronto como le pareció oportuno, el otro enfermo, no sin tristeza pidió a la enfermera si podía desplazarlo al lugar de la ventana. Esperaba ver por sus propios ojos las coloridas imágenes que durante tantos días su amigo le había transmitido.
La enfermera, contenta de poder proporcionarle ese servicio, lo cambió de lugar, y en cuanto constató que el enfermo estaba cómodo lo dejó sólo.
Lentamente éste se deslizó en su cama, hasta lograr incorporarse lo suficiente para mirar a través de la ventana. Pero para su inesperada sorpresa, delante de él y pocos metros hacia afuera, se interponía un enorme muro blanco.
Contrariado, el enfermo preguntó más tarde a la enfermera, cuál razón habría llevado a su compañero fallecido a describirle tantas falsas escenas. “Imposible que las viera”, contestó la enfermera, su compañero era ciego, y evidentemente no podía ni siquiera ver el muro de enfrente. El inventó todo, porque seguramente deseaba comunicarle a usted la alegría de vivir.”

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La Santa que trae alegría



En algunas ciudades de Italia, entre ellas mi querida Verona es  Santa Lucía la que  cada año trae regalos a los niños.  De ella  cuentan que  era una muchacha hermosa de Sicilia, hija de un noble rico de Siracusa. Todo el mundo la conocía por su dulzura y amabilidad. En esa época  en Sicilia estaba muy extendido el paganismo, sin embargo Santa Lucía decidió convertirse al cristianismo. Sus padres habían decidido que se fuera a casar, pero Lucía  se negaba a ello por dos razones, el novio no era cristiano y por qué decidió dedicar su vida al Señor. Esta decisión no fue respetada por la familia de la chica y comenzó para ella una verdadera persecución, con la intención de hacerle cambiar de opinión. Cuando  quedó patente de que Lucía se negaría siempre  a plegarse a la voluntad de de la familia y no  renunciaría a su fe, le sacaron los  ojos y finalmente la asesinaron
Desde entonces, Santa Lucía fue considerada la  protectora de los ojos y la visión, y el día de su martirio, que se celebra el 13 de diciembre, se dice que emprende  su viaje con su afable y leal burro para traer regalos a los niños buenos.
¿Cuál es el origen de esta tradición? Cuentan que  "hace mucho tiempo" (tal vez en el siglo XVIII), en las zona de Verona  se produjo una epidemia de una enfermedad que afectabas  a los ojos, especialmente a los de los niños, por lo que sus padres los encomendaron a la  Santa, que no sólo hizo el milagro, sino que  además  añadió dulces y pequeños regalos ... en sus zapatos.

Santa Lucía a Verona es ayudada por el Gastaldo, que lleva  el burro. En la noche del 12 de diciembre hay que dejar comida en la mesa y cada miembro de la familia, incluyendo a los adultos, debe preparar un plato vacío para que  Santa Lucía lo llene de dulces. Es una noche en la que los niños se van a la cama temprano y cierran los ojos con fuerza, temerosos  de que la  Santa eche ceniza a sus ojos, si los encuentra despiertos. S. Lucía se anuncia con un sonido de campana.
Pero la magia de Santa Lucía no se limita a esa noche tan especial, ya una semana antes de la fiesta la Santa se manifiesta a los niños dejando caer dulces y chocolates; es comprensible que  los niños traten de  ver el agujero que la santa abre en el techo, pero  Santa  Lucía es más rápida que los niños y los cierra ...


martes, 11 de diciembre de 2012

Que mi viaje sea largo ....

Empezar este blog, otro viaje ..... un viaje que me ilusiona y me apasiona
Para que el viaje me sea propicio, habrá que invocar a los dioses, pero sobre todo a la magia en todas su formas.
Casi como un mantra, los versos de Kavafis me invitan a disfrutar del viaje, de (si por eso perder el rumbo) no tener prisa de alcanzar la meta.
Ojalá este viaje sea largo, y que a al recorrerlo sepa disfrutar de los sabores, de las complicidades, de los debates. 
Espero tener siempre a valentía de enfrentarme a lestrigones, a mis cíclopes y al salvaje Poseidón cuando mi necedad  los conjure ante mi.
Le pido a los dioses, que protejan mi navegar y bucear por aguas turbulentas, que me hagan el don de la sabiduría y de la valentía.

Zarpo hacia lo desconocido, hacia la vida y la alegría, pero con  dudas y algo de miedo ....
¡Adelante! ¡Hay mundos fantásticos esperándome!



ÍTACA
Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas. 
Kavafis

lunes, 10 de diciembre de 2012

No tiene precio


La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
 Proverbio escocés



























¿crees en la magia?


No me digas que no crees en la magia, la vida es magia, el amor es magia, todo es magia en este mundo  ... y en los demás mundos

domingo, 9 de diciembre de 2012

El poder de la alegría


Querid@s amig@s
Os deseo que doña Alegría acompañe vuestro caminar por este mundo. Doña Alegría que a veces esconde su rostro y su melodioso canto nunca se aparta demasiado de aquellos que la buscan.

Todos conocemos la famosa Oda a la alegría de Friedrich von Schillerv  Hoy parece completamente demostrado que Schiller escribió inicialmente este fabuloso poema como una Oda a la Libertad. Y que fue la censura la que le impulsó a sustituir la palabra “libertad”  (en alemán Freiheit) por “alegría”  (en Alemán Freude). En realidad alegría y libertad son experiencias que difícilmente podemos separar. La alegría nos hace libre y el poder liberador de la risa siempre asustó a los tiranos de todas las épocas. La tiranía se alimenta del miedo y se puede derrumbar ante una carcajada. Tampoco cabe la menor duda de que la libetad es fuente de alegría, una real libertad en la que asumimos responsabilidades y nos damos cuentas de que somos los artífices de nuestros xistos y de nuestros fracasos.


Vivimos alegres, vivimos libremente
Con esta reflexión os regalo unos hermosos versos de pablo Neruda

Oda a la alegría (Pablo Neuda)


ALEGRÍA
hoja verde
caída en la ventana,
minúscula
claridad
recién nacida,
elefante sonoro,
deslumbrante
moneda,
a veces
ráfaga quebradiza,
pero
más bien
pan permanente,
esperanza cumplida,
deber desarrollado.
Te desdeñé, alegría.
Fui mal aconsejado.
La luna
me llevó por sus caminos.
Los antiguos poetas
me prestaron anteojos
y junto a cada cosa
un nimbo oscuro
puse,
sobre la flor una corona negra,
sobre la boca amada
un triste beso.
Aún es temprano.
Déjame arrepentirme.
Pensé que solamente
si quemaba
mi corazón
la zarza del tormento,
si mojaba la lluvia
mi vestido
en la comarca cárdena del luto,
si cerraba
los ojos a la rosa
y tocaba la herida,
si compartía todos los dolores,
yo ayudaba a los hombres.
No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.

Como la tierra
eres
necesaria.

Como el fuego
sustentas
los hogares.

Como el pan
eres pura.

Como el agua de un río
eres sonora.

Como una abeja
repartes miel volando.

Alegría,
fui un joven taciturno,
hallé tu cabellera
escandalosa.

No era verdad, lo supe
cuando en mi pecho
desató su cascada.

Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:

contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.

Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!

Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.

No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto

El duende de la alegría

El duende de la alegría
Cuando tenemos una meta buscamos un camino que nos lleve a ella. Sin embargo cuando la meta es la alegría camino y meta se funden, sólo llegamos a la alegría por un camino de alegría.
En este camino hay acontecimien
tos de todo tipo, algunos muy alegres otro muy tristes
Pero si caminamos con la chispa de la alegría en nuestro corazón el camino se nos hace alegre
Incluso en los días más oscuros de nuestra existencia, el duende de la alegría nos acompaña, si sabemos verlo.